Mundo Psique Psicología y Cultura, año 6, No. 20, marzo-abril-mayo 2013
Lupita Campos y Verónica Murúa
Una labor por
el rescate de la música mexicana
Del siglo XIX y principios del siglo XX
Por Ricardo Delgado Herbert
Hablar de música mexicana es recordar
nuestra historia de compositores que con su enseñanza dejaron un antecedente del
posromanticismo mexicano. Gracias a la
discografía de artistas que luchan por preservar este material podemos seguir disfrutando de tan magnífica
obra dentro de las salas de concierto y hasta el internet.
Dentro de estas artistas están las sopranos y catedráticas Lupita Campos y Verónica Murúa a quienes entrevisté, ambas pertenecientes al círculo cultural mexicano, de la Escuela Nacional de Música de la UNAM. Cada una ha demostrado en generaciones distintas, su compromiso por inculcar la pasión y por difundir la música mexicana del siglo XIX, mostrándonos autores no tan “comunes” que deben de ser escuchados y jamás olvidados.
Dentro de estas artistas están las sopranos y catedráticas Lupita Campos y Verónica Murúa a quienes entrevisté, ambas pertenecientes al círculo cultural mexicano, de la Escuela Nacional de Música de la UNAM. Cada una ha demostrado en generaciones distintas, su compromiso por inculcar la pasión y por difundir la música mexicana del siglo XIX, mostrándonos autores no tan “comunes” que deben de ser escuchados y jamás olvidados.
Lupita Campos, viene de una
familia de artistas y el amor por la música lo expresó desde muy niña, ya que en
su casa había tertulias que marcarían su vida. Tuvo la fortuna, cuando iniciaba
sus clases de piano a los 6 años, de haberse topado con el Mtro. Manuel M.
Ponce que, en 1945 sería director de la
Escuela Nacional de Música y donde él mismo, le sonreiría alentándola a seguir
adelante en sus clases.
Años más tarde en la etapa
adolecente conoce a su compañero y amigo Enrique Jaso quien la animó a cantar y
tomar sus primeras clases con el Mtro. Ángel R. Esquivel, iniciando así una
carrera dentro de la ópera, que con el paso del tiempo se especializaría en la dirección de coros,
promoviendo su cátedra y legado a sus alumnos, de música española, canto y de piano Conchita
Badía y música mexicana posromántica.
Lupita cantaba y su esposo, el
Mtro. Gabriel Saldívar, la acompañaba al piano en los años 60, convirtiéndose
así en una mancuerna de iniciadores para
difundir este repertorio mexicano de finales del siglo XIX, principios del siglo
XX, que ante la falta de tecnología, no podía difundirse más allá la promoción
de dichos eventos. Varias salas de concierto en esa época en México y el extranjero atestiguaron dichos actos, montando recitales,
donde los arreglos también se hacían para los coros que los dos dirigían desde
aquel entonces.
Lupita Campos siempre ha
estado en pos de nuestra música. Habla de la falta de compromiso que la
burocracia hace de la misma, olvidan este repertorio musical y por supuesto tambien a
los compositores. Lupita, desde hace
muchos años, comenzó a renacer y dar difusión en sus alumnos y compartiendo
esos rescates con la gente interesada. Dice que la soprano mexicana Ángela Peralta
y Manuel M. Ponce fueron la influencia de su carrera, porque su abuela admiraba y tocaba al piano la
música de Ponce, muy escuchado durante
su infancia y adolescencia.
Cuando estaba de rector el Dr.
Ignacio Chávez en la UNAM, decide formar coros en las facultades, estando a
cargo el Maestro Don Juan D. Tercero. El objetivo era difundir la música en
general aunque siempre cerraban con música mexicana. El coro de la Facultad de
Ciencias comenzó a hacer giras desde 1964, viajando a Centroamérica y Sudamérica
en compañía del Mtro. Gabriel Saldívar,
quien conformó una gran colección de repertorio antiguo de partituras
mexicanas, que la Mtra. Lupita Campos, conserva como un importante acervo.
Realmente no existe una
biblioteca en México, con toda esa obra de música mexicana del siglo XIX y
principios del XX, dice Campos, ya que falta en la actualidad un
nacionalismo e interés por interpretar
nuestra música y sobre todo falta de dinero para invertir en las promociones.
“Cuando en los años 60 yo interpretaba lo mexicano, el público se quedaba
azorado por la música que no se conocía”. Pero vámonos a la historia, en la
época de Don Porfirio Díaz, había una
dinámica de mantener los teatros en conjunto con sus producciones y sí había
cómo pagarlo, hasta que estalló la
revolución, donde todo ese esplendor se perdió.
A principios del siglo XIX
había mucha influencia europea, compañías de teatro y ópera se establecían por meses
en el país, por tal razón lo importante era lo “extranjero” ya que aún no
existía una identidad mexicana y el ejemplo era que los mismos extranjeros
tenían las puertas abiertas, en cambio para un mexicano como Ernesto Elorduy,
Ricardo Castro o Felipe Villanueva, entre otros compositores, era mucho más difícil
competir y hacer música en esos teatros, quizás por eso, tenían que irse al
extranjero para buscar aceptación. Lupita
comenta que la música mexicana, puede que se haya olvidado, por las políticas
negativas y por ser simplemente música vieja o de regímenes que no se deseaban recordar más; lo que originó la quiebra de la
casa editora Wagner y Levien que cobijó muchos títulos de autores mexicanos
desconocidos. Por otro lado el cine en sus inicios, alejó
gente del teatro, dando otra variante al espectáculo. En la actualidad, el Conservatorio Nacional de Música, guarda con
recelo obras pertenecientes a los mexicanos, que no se prestan a nadie.
Lamentamos también, casos como el de la familia de Melesio Morales que donó su
obra al Conservatorio pero que la misma
institución, hasta la fecha no lo abre al público, y lo mismo está
sucediendo con la obra que dejó el Mtro. Manuel M. Ponce.
El interés de Lupita Campos es
que, se divulgue tan importante repertorio, y es así como lo expresa en su “Conferencia
Para Canto y Piano de Música Mexicana del siglo XIX”, la cual ha dado en
diferentes recintos. Para cerrar, comenta: “Es
importante que se siga difundiendo y reconociendo a esos autores maravillosos y
buenos músicos que teníamos en este país, que ahora ya no existen, ahora son
poquísimos y es importante que se siga hablando de ellos para que conozcamos de dónde venimos y conocer toda esa belleza
que nos dejaron con su música”.
Por otro lado, la soprano
Verónica Murúa, nace en la ciudad de México, su inclinación hacia las artes,
comenzó cantando en un coro, practicando ballet y danza regional y tocando
la guitarra y el piano. Su ascenso inició
cuando ganó el concurso Francisco Araiza y el tercer lugar en el concurso de
ópera Carlo Morelli, viajando becada a Nueva York, en la Manhattan School of Music, donde tuvo la fortuna de educarse con la instrucción
de connotados maestros. Debutó en el Carneggie Hall de Nueva York cantando
arias italianas y debutó en el Palacio de Bellas Artes cantando a lado del
tenor Ramón Vargas. Actualmente es catedrática de la Escuela Nacional de Música
y es una ferviente difusora de la música mexicana posromántica de finales del
siglo XIX principios del XX. Entre sus producciones discográficas, se encuentra “Posromanticismo mexicano,
antología de obras para voz y piano” con 29 piezas de autores mexicanos. Gracias a esos compositores, Murúa nos
expresa con su canto, una huella que el tiempo dejó atrás.
Verónica explica que, en México de mediados del siglo XIX principios
del XX, había pocos foros de concierto, y en la Escuela Nacional de Música,
fundada en 1929, había una carencia de conocimiento y difusión de lo que era la
música mexicana, ya que el perfil de la Escuela Nacional estaba estructurada dentro
de los estilos europeizados de la música italiana, francesa y alemana.
Verónica lo explica, hay 2 vertientes en el siglo XIX, la música de salón y la ópera o zarzuela
mexicana que surge a finales del siglo XIX, con los parámetros de la ópera
italiana y la zarzuela española, después la ópera francesa y la ópera alemana
con las influencias que traería Ricardo Castro y su grupo de los Seis: Gustavo
C. Campa, Juan Hernández Acevedo, Carlos J. Meneses, Ignacio Quesada y Felipe
Villanueva. La motivación, del mestizaje
en nuestra música, surge también de la zarzuela y gracias a esta nace la música de carpa. La música
de salón en México, se precisaba muy sencilla a diferencia de la que se hacía
en Europa, la complejidad de las canciones en México, eran simples y dentro de
esa sencillez se hace la fusión con la romanza italiana y con la habanera dándose
así un híbrido interesante, que ante el furor del piano musicalizaban las
tertulias desde sus casas.
Verónica comenta que como motivación
tuvo a la escuela italiana, que influyó en esos compositores mexicanos de aquel
momento y claro ejemplo de eso, fue Melesio Morales y sus contemporáneos, al
igual que uno de mis predilectos Gustavo Campa que tuvo una formación alemana, admiro sus cromatismos y modulaciones en su
obra. Quisiera que la música mexicana de esta época tuviera mucha difusión. Necesitamos
abrirlo al público de manera accesible, porque se cree que es música seria o difícil.
Debemos dar un plus para que este repertorio sea atractivo en la actualidad,
debe de haber una producción a la altura, cuidando la calidad y con una
delicada emisión grata al interpretarlos,
para poder ver esta música del siglo XIX
como un verdadero espectáculo. Agrega que hay una crisis seria de las casas de ópera en todo el mundo, están
cerrando, ya no se están llenando los espectáculos
y eso por supuesto que repercute en nuestro país, donde hay una política
proteccionista, donde se le da dinero al intérprete pero no hay difusión con la gente, para que se
llenen esos conciertos y formen a los públicos, que es lo que enriquece el
espectáculo. Las políticas educativas deben mejorar y pienso que se le tiene
que inculcar a la gente ese tipo de eventos, que realmente se conozca la música
y se les de esa calidad para asegurar un público que verdaderamente lo disfrute,
por ejemplo, hice hace 2 años, conciertos junto a un maestro de la Universidad
de Kansas que organizó el Festival Internacional de la Música Española y
Latinoamericana, inauguró la mezzosoprano española Teresa Berganza, y el
doctor Genaro Méndez lo organizó y me
invitó. Hicimos muchos conciertos en Kansas y el estado aledaño de Indianápolis, llevaron a grupos de ancianos,
estudiantes, papás de alumnos, venían gente de España, México y Estados Unidos,
hicimos 7 u 8 conciertos llenos y el público se sorprendió por la dimensión de
nuestra música. Desgraciadamente las embajadas ni los consulados se interesan por promover la música mexicana; son los cantantes los que realmente hacen la labor por proponer y ver
la manera de negociar para buscar apoyos con los consulados, pero no hay una
política definida, lo que se difunde es la música del mariachi o popular típica
pero la música de salón y de tertulias como lo es el posromanticismo, casi
nadie la conoce y no se hace. Y mientras no se conozca o modifique una
legislación ante esto y no se les eduque a los niños en nuestra música no se va
a apreciar realmente.
“Los solistas
casi no hacen música mexicana, casi todos los solistas que hacen música de
concierto están haciendo música europea, en eso tenemos una carencia y desgraciadamente nuestros representantes,
llamémosle internacionales, no conocen, más que "Granada” y
"Júrame"... eso sí es una tristeza”
Es importante la
comercialización de la música del siglo XIX ya que la única que está presente
para la gente es la que la televisión difunde, como la música de mariachi,
banda y más cosas, lo cual también es importante, pero no es la única que nos
representa como mexicanos. En nosotros queda hacer la labor de que la música
del siglo XIX, se comience a difundir
para que se le dé el lugar que merece. Los políticos no son solamente los culpables
de la falta de difusión, pienso que todos tenemos que estar involucrados e
inculcar este valor desde nuestra educación básica y sembrar una semilla y
apoyar y difundir desde las escuelas nuestra cultura ya que con eso
aseguraremos la sobrevivencia de este repertorio que es parte del futuro de
nuestro arte mexicano.
La Mtra. Murúa, desde hace 5
años ha estado difundiendo junto con el apoyo de varios docentes de la Escuela
Nacional de Música, el Encuentro Universitario
de la Canción Mexicana y se están documentando los audios de dichos conciertos,
grabando la discografía de todas las épocas de música mexicana. La labor sigue
en pie en voz de otros intérpretes, para que, así este repertorio sea
documentado y el tiempo no lo borre.
Esta es parte de la grandiosa labor de Lupita Campos y Verónica Murúa por preservar
nuestra historia y por generar consciencia de que esta música nos pertenece para
que los nuevos cantantes valoren y las
difundan también en sus conciertos.
Contactos:
Lupita Campos: coroacadunam@yahoo.com.mx